jueves, agosto 04, 2016

Reseña sobre Segunda Fundación

En:
http://www.solotempestad.com/serranoxpinto/





Por Analía Pinto
Bulgaria.
Hay palabras que tienen magia y fuerza y poesía más allá de su semántica o del objeto al que aluden. Creo que Bulgaria es una de ellas y así también parece creerlo Marina Serrano, quien en su poemario Segunda fundación da cuenta cabal de ello. Ya dijo Raúl González Tuñón que él quería irse al Turkestán porque Turkestán era una bonita palabra, y lo mismo podríamos decir de Bulgaria. Pero la Bulgaria de Segunda fundación es algo más que un lugar. Es una historia, es un amor, es una mujer (o quizás, pero quién sabe, una muchacha), “morena, delgada, rústica”. Es un punto de partida y un punto de llegada. Es un útero de piedra. Es una cuidada sucesión de flores amarillas, de caminos, de sutiles espantos. Bulgaria es un lugar en el mapa pero también un lugar en el corazón y tal vez un lugar en la piel (morena, rústica). Un trueno. Un pasaje. Quisiéramos saber más de Bulgaria, quisiéramos que todo el libro se demorara hablando, con ese tono pausado, austero, medido hasta el sollozo, de Bulgaria. Quisiéramos que esa primera y esa última parte del libro (las más breves) no se terminaran nunca, que su magia nos acompañara siempre. Pero no es posible. También hay otros lugares en el mundo, aunque al parecer ninguno es tan fabuloso como esta Bulgaria, sólo equiparable a la Ítaca de Kavafis, de quien, desde luego, un epígrafe abre el libro.
Porque Segunda fundación es un libro de viaje (o de viajes).
No son sólo poemas los que lo conforman. Son 7, postales de un viaje interno que se refleja en el externo sólo en el cambio de nombre de las ciudades y los lugares visitados. Para nuestro deleite las postales no son las típicas y esperables postales que todos los viajeros del orbe mandan a diario a parientes y amigos lejanos (esperando que estén ustedes bien, los saludamos desde, etc.). Para nuestro deleite las postales son igual de austeras, igual de certeras, igual de acerbas que los poemas dedicados a Bulgaria. Para nuestro pavor, la voz lírica habla de hijos, de cuchillos, de sangre y de otras brutalidades que se suscitan en lugares como Gaza, como Polonia, como Moscú, como México, pero nunca con el tono sensacionalista al que nos acostumbran los noticieros, esos enemigos indiscutidos de la poesía. La voz lírica de Segunda fundación no deja de ser dulce aunque lo que relate no lo sea; no deja de ser proporcionada y sucinta aunque lo que ve la desborde; no deja de traer a otras voces, quizás desprolijas, quizás menos delicadas, a la suya.
Y para deleite de los lectores y de quien esto escribe el libro se abre y se cierra con esa enigmática y maravillosa Bulgaria, historia, tierra, poema, piedra, útero, mujer, esperanza eterna que se vuelve un hermoso y doloroso paseo por recorrer. El lector, como la voz lírica, no vacilará en hacer suyos estos mismos versos: “Abro los brazos a cualquier desierto / con tal de ver / a lo lejos, / Bulgaria”.
Segunda fundación (2015)
Autora: Marina Serrano
Editorial: Cabiria
Género: poesía

Reseña sobre Segunda Fundación

En:
http://www.solotempestad.com/serranoxpinto/




Por Analía Pinto
Bulgaria.
Hay palabras que tienen magia y fuerza y poesía más allá de su semántica o del objeto al que aluden. Creo que Bulgaria es una de ellas y así también parece creerlo Marina Serrano, quien en su poemario Segunda fundación da cuenta cabal de ello. Ya dijo Raúl González Tuñón que él quería irse al Turkestán porque Turkestán era una bonita palabra, y lo mismo podríamos decir de Bulgaria. Pero la Bulgaria de Segunda fundación es algo más que un lugar. Es una historia, es un amor, es una mujer (o quizás, pero quién sabe, una muchacha), “morena, delgada, rústica”. Es un punto de partida y un punto de llegada. Es un útero de piedra. Es una cuidada sucesión de flores amarillas, de caminos, de sutiles espantos. Bulgaria es un lugar en el mapa pero también un lugar en el corazón y tal vez un lugar en la piel (morena, rústica). Un trueno. Un pasaje. Quisiéramos saber más de Bulgaria, quisiéramos que todo el libro se demorara hablando, con ese tono pausado, austero, medido hasta el sollozo, de Bulgaria. Quisiéramos que esa primera y esa última parte del libro (las más breves) no se terminaran nunca, que su magia nos acompañara siempre. Pero no es posible. También hay otros lugares en el mundo, aunque al parecer ninguno es tan fabuloso como esta Bulgaria, sólo equiparable a la Ítaca de Kavafis, de quien, desde luego, un epígrafe abre el libro.
Porque Segunda fundación es un libro de viaje (o de viajes).
No son sólo poemas los que lo conforman. Son 7, postales de un viaje interno que se refleja en el externo sólo en el cambio de nombre de las ciudades y los lugares visitados. Para nuestro deleite las postales no son las típicas y esperables postales que todos los viajeros del orbe mandan a diario a parientes y amigos lejanos (esperando que estén ustedes bien, los saludamos desde, etc.). Para nuestro deleite las postales son igual de austeras, igual de certeras, igual de acerbas que los poemas dedicados a Bulgaria. Para nuestro pavor, la voz lírica habla de hijos, de cuchillos, de sangre y de otras brutalidades que se suscitan en lugares como Gaza, como Polonia, como Moscú, como México, pero nunca con el tono sensacionalista al que nos acostumbran los noticieros, esos enemigos indiscutidos de la poesía. La voz lírica de Segunda fundación no deja de ser dulce aunque lo que relate no lo sea; no deja de ser proporcionada y sucinta aunque lo que ve la desborde; no deja de traer a otras voces, quizás desprolijas, quizás menos delicadas, a la suya.
Y para deleite de los lectores y de quien esto escribe el libro se abre y se cierra con esa enigmática y maravillosa Bulgaria, historia, tierra, poema, piedra, útero, mujer, esperanza eterna que se vuelve un hermoso y doloroso paseo por recorrer. El lector, como la voz lírica, no vacilará en hacer suyos estos mismos versos: “Abro los brazos a cualquier desierto / con tal de ver / a lo lejos, / Bulgaria”.
Segunda fundación (2015)
Autora: Marina Serrano
Editorial: Cabiria
Género: poesía

Reseña sobre Segunda Fundación

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Por Analía Pinto
Bulgaria.
Hay palabras que tienen magia y fuerza y poesía más allá de su semántica o del objeto al que aluden. Creo que Bulgaria es una de ellas y así también parece creerlo Marina Serrano, quien en su poemario Segunda fundación da cuenta cabal de ello. Ya dijo Raúl González Tuñón que él quería irse al Turkestán porque Turkestán era una bonita palabra, y lo mismo podríamos decir de Bulgaria. Pero la Bulgaria de Segunda fundación es algo más que un lugar. Es una historia, es un amor, es una mujer (o quizás, pero quién sabe, una muchacha), “morena, delgada, rústica”. Es un punto de partida y un punto de llegada. Es un útero de piedra. Es una cuidada sucesión de flores amarillas, de caminos, de sutiles espantos. Bulgaria es un lugar en el mapa pero también un lugar en el corazón y tal vez un lugar en la piel (morena, rústica). Un trueno. Un pasaje. Quisiéramos saber más de Bulgaria, quisiéramos que todo el libro se demorara hablando, con ese tono pausado, austero, medido hasta el sollozo, de Bulgaria. Quisiéramos que esa primera y esa última parte del libro (las más breves) no se terminaran nunca, que su magia nos acompañara siempre. Pero no es posible. También hay otros lugares en el mundo, aunque al parecer ninguno es tan fabuloso como esta Bulgaria, sólo equiparable a la Ítaca de Kavafis, de quien, desde luego, un epígrafe abre el libro.
Porque Segunda fundación es un libro de viaje (o de viajes).
No son sólo poemas los que lo conforman. Son 7, postales de un viaje interno que se refleja en el externo sólo en el cambio de nombre de las ciudades y los lugares visitados. Para nuestro deleite las postales no son las típicas y esperables postales que todos los viajeros del orbe mandan a diario a parientes y amigos lejanos (esperando que estén ustedes bien, los saludamos desde, etc.). Para nuestro deleite las postales son igual de austeras, igual de certeras, igual de acerbas que los poemas dedicados a Bulgaria. Para nuestro pavor, la voz lírica habla de hijos, de cuchillos, de sangre y de otras brutalidades que se suscitan en lugares como Gaza, como Polonia, como Moscú, como México, pero nunca con el tono sensacionalista al que nos acostumbran los noticieros, esos enemigos indiscutidos de la poesía. La voz lírica de Segunda fundación no deja de ser dulce aunque lo que relate no lo sea; no deja de ser proporcionada y sucinta aunque lo que ve la desborde; no deja de traer a otras voces, quizás desprolijas, quizás menos delicadas, a la suya.
Y para deleite de los lectores y de quien esto escribe el libro se abre y se cierra con esa enigmática y maravillosa Bulgaria, historia, tierra, poema, piedra, útero, mujer, esperanza eterna que se vuelve un hermoso y doloroso paseo por

recorrer. El lector, como la voz lírica, no vacilará en hacer suyos estos mismos versos: “Abro los brazos a cualquier desierto / con tal de ver / a lo lejos, / Bulgaria”.
Segunda fundación (2015)
Autora: Marina Serrano
Editorial: Cabiria
Género: poesía